Honestidad y Responsabilidad con los Productos de Rellenos Corporal

El ejercicio profesional de los médicos se encuentra permanentemente expuesto a la comisión de delitos imprudentes por la propia esencia de esa actividad en cualquiera de sus manifestaciones más clásicas. Los profesionales de la salud, lato sensu, han de ir sorteando las diferentes dificultades que su oficio les presenta y creo que no hay una profesión que haya generado máss jurisprudencia que esta.

La medicina es una profesión humanista y humanitaria, una mezcla de profesionalidad y sacerdocio, que se llega por una vocación especial y cuya práctica nunca puede perder su gran objetivo, que es la curación y/o el alivio del sufrimiento de los pacientes.

Observo con temor y alarma, como algunos mmédicos desvían su actividad y se alejan del fin último de la medicina, realizando prácticas con un objetivo puramente comercial y con un afán único de lucro. Esto hace que se pierda la esencia de la relación entre sanador y sanado, cayendo en una actividad de competencia empresarial, donde la publicidad, las falsas promesas, las verdades a medias y sobre todo la búsqueda de rentabilidad económica, distorsionan el marco sanitario y ponen en peligro la salud de los usuarios y de la sociedad en sí misma.

Las diferentes actividades que se van acumulando al paso del tiempo, positivo o negativo, no dejan de ser experiencia, que en mi caso aprovecho para transmitirles humildemente algunas vivencias con las que he tenido que lidiar en mi dualidad de médico y abogado.

La responsabilidad jurídica de los médicos no es una actitud o problemática de la actualidad, sabemos que desde los principio de la humanidad han existido personas responsables de la salud del ser humano. Desde los chamanes (brujos hechiceros, curanderos, físicos, etc.) a nuestros tiempos la actividad profesional de los médicos es casi tan antigua como la misma humanidad, y esta responsabilidad está íntimamente ligada con la obligación y la garantía de salvar la vida de los seres humanos.

En algunos casos la relación médico paciente se ha limitado al aspecto de obra y servicio, en el cual yo te hago tal o cual tratamiento y tú me pagas por el trabajo realizado.

Hay una exigencia de ética o de moral al que, quién ejerza la medicina, deberá de apegarse.

No pueden ignorarse los principios de la ética, pues significaría, en primer lugar, que no se recibió una cultura médica completa y quién la ignore, será también un mal médico, pues se estará saliendo del camino recto.

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